Cambio climático e inundaciones en Europa Central 2024

A lo largo de las últimas décadas hemos sido testigos de eventos climáticos cada vez más intensos cómo inesperados que han causado enormes destrucciones afectando millones de personas, que ven cómo su patrimonio desaparece de un momento a otro, no hay continente donde las sequías olas de calor o inundaciones impacten, esta vez fue Europa central que recibió en pocos días hasta 460 mm de alluvia.

Las recientes inundaciones en Europa Central se pueden conectar directamente con los efectos del cambio climático, que está intensificando la frecuencia y severidad de eventos meteorológicos extremos. Las lluvias torrenciales registradas en países como Polonia, República Checa, Austria y Rumanía son consistentes con las proyecciones científicas que sugieren que el cambio climático aumenta la capacidad atmosférica de retener más humedad, lo que conduce a lluvias más intensas y repentinas.

Crédito: Iwona Mondrzejewska

El aumento de la temperatura global altera los patrones climáticos tradicionales. Las borrascas como "Boris" pueden ser más fuertes debido a los océanos más cálidos, que proporcionan más energía para las tormentas. Este fenómeno está vinculado a la crisis climática, ya que las emisiones de gases de efecto invernadero están contribuyendo a un calentamiento más rápido de la atmósfera y los océanos, lo que a su vez potencia los ciclos de evaporación y condensación.

Además de las precipitaciones más intensas, el cambio climático también incrementa el riesgo de desbordamientos fluviales y rupturas de presas, como las observadas en esta crisis. Las inundaciones extremas, junto con olas de calor, incendios forestales y sequías, forman parte del "nuevo normal" climático que enfrentan las regiones de Europa. Por ejemplo, en el este de Alemania, se ha observado un aumento de cuatro veces en el nivel del río Elba, una señal preocupante de que estos eventos serán más comunes en el futuro.

Este tipo de desastres pone de manifiesto la necesidad de una mayor adaptación y mitigación. Los países afectados han comenzado a revisar infraestructuras críticas como presas y embalses para hacer frente a las crecidas fluviales, pero también se necesitan políticas globales más ambiciosas para reducir las emisiones y limitar el aumento de las temperaturas. Sin cambios sustanciales en la política climática, los impactos de eventos como estas inundaciones serán cada vez más destructivos y frecuentes.